martes, 22 de diciembre de 2009

Tu amor prohibido


Si ya no habitaba la esperanza, si sólo existia la luz del sol al mirar tus ojos claros, si eras lo indispensable para borrar las nuebes de mi mirada.
Llegaste un día y me incandilaste con tu ser, hasta que llegaste a enamorar mi dulce alma que sólo vivia pensando en aqullas maravillas de la vida que nos da iluciones sin pena alguna al pasar los días.
Si los dos sentiamos esa diferencia de nuestros cuerpos, pero sentíamos al mismo tiempo la verdad que nos ahogaba, esa atracción mutua que nos mataba, sin duda alguna no dudamos en atraparnos con la mirada, esa que al final era desviada para no desvanecer la poca dignidad que nos quedaba.
Y ese único beso que nos dimos, fue la despedida de una historia que sólo tuvo como protagonistas dos personas sin medida y liberados mediante la distancia que nos unía.

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